martes, mayo 02, 2006

"La carrera de Silva acaba de terminar"
Por Ana Rodríguez

Quizá se torne más fácil recordar la noche en que volvía Jorge Fernando Castro, tras su accidente automoviliístico, a pelear en un Luna Park colmado o los disturbios ocacionados por los hinchas de Boca, que trasladaron su barbarie al boxeo o rememorar el contundente nocaut técnico, en 21 segundos, de Marcos René Maidana a Omar Eduardo León. Pero no todos se acordarán que esa noche, un experimentado boxeador de 43 años, ex campeón argentino de los ligeros, reconocido más que nada por la virtud de la caballerosidad, colgaba también los guantes.
Ricardo Daniel Silva anunció lo que en su cabeza venía analizando hacía tiempo y con mayor firmeza, tras la lesión en el hombro izquierdo, que lo alejó casi un año de los cuadrilateros y lo obligó a seder el cinturón. El rival era el mismo de aquella noche desafortunada: Sergio Eduardo González. "Hubiera querido salir victorioso por saber que era la última pelea, pero estoy contento de haber cumplido el sueño de pelear en el Luna, con casi 44 años y volver después de la tremenda lesión".
"Kojak" tuvo 16 años de profesionalismo. Cosechó 68 peleas ganadas, 26 perdidas, cuatro empates y 29 nocauts. Fue cuatro veces campeón nacional liviano (la última vez, por nocaut técnico, a Victor Hugo Castro); le ganó, al también ex boxeador, Julio Pablo Chacón ; obtuvo un polémico empate cuando se enfrentó a Jorge Rodrigo "la Hiena" Barrios; ganó el desconocido título del Consejo Universal al colombiano Herley Zuñiga Montaño y disputó el cinturón del Consejo Mundial de Boxeo ante el mexicano Miguel "Mágico" González.
A la hora de buscar las causas de este alejamiento, Silva puede argumentar, si quiere, con un abanico de posibilidades, pero prefiere decir, aunque sin intención de escusarse que: "Hace más de diez días que no estaba guanteando, porque tuve una lesión en la costilla. Eso me limitó mucho y peleé muy medido. Sé que muchos van a decir que son excusas, pero son cosas que no se pueden decir antes, porque trae muchos malos pensamientos y si decía que tenía una lesión, el rival iba a venir ahí, entonces me lo guardé".
Pero el resultado, desfavorable para él, no opaca su alegría de pelear en el Luna Park. "Hubiera querido hacer un buen papel. Para mi, no la perdí. Fue una pelea muy trabada, muy complicada, pero lo digo con sinceridad, respeto la decisión de los jueces y sé que el público del Luna es muy exigente".
Ahora "el Kojak" seguirá como entrenador en su gimnasio de Pablo Nogués, inculcándo a los chicos y a su hijo Maximiliano la experiencia de este deporte. Con proyectos políticos (es cosejal en el Partido Malvinas Argentinas por el Frente para la Victoria) y personales (crear el Sindicato del Boxeador). Ricardo Daniel Silva pone clausura a su carrera, dejando su vida como uno de los mejores ejemplos de persona y boxeador que no se fía de grandeza, porque ese es su don natural. "Le agradezco a Dios, Él maneja los tiempos, Él dá la victoria a quien se lo merece. No me quejo si Él dicidió que me tocaba perder en mi retiro, la carrera de Silva acaba de terminar y Él sabrá por qué..."