martes, julio 29, 2003

Sábado 26 de julio de 2003.
Por Lautaro Emmanuel Moreno.
Bochornoso veredicto le negó el triunfo a Castro
El explosivo y vibrante combate estelar desarrollado en la Federación Argentina de Box (FAB) acaparó imperiosamente la atención del público. El esfuerzo y los golpes grandilocuentes de Diego Alejandro Giménez (63,700 Kg) chocaron con la muralla defensiva de Víctor Hugo Castro (63,850 Kg), quien con menor cantidad de acometidas y mayor efectividad, perforó la guardia del oponente. La afición aplaudió de pie el cierre de la pelea, pero las adulaciones se transformaron en resonantes chiflidos, desaprobando el increíble veredicto, unánime, que proclamó ganador a Rocky.
El combate fue intenso desde el inicio, con potentes descargas en la media distancia. Durante la primera vuelta, el santafesino se resintió de una lesión en la mano derecha, limitando su ofensiva durante los primeros cuatro segmentos.
Las aparatosas embestidas del concentrado Giménez no lograron doblegar la férrea guardia del pupilo de Carlos Tello.
Mientras Castro cedió la iniciativa, Rocky insistió –sin éxito- con el boleado derecho. A partir de un grito de Tello, en el cuarto round, el santafesino asumió el impulso del pleito y su dominio territorial fue respaldado por las embestidas rectas.
Castro abrió el quinto asalto con un certero uno-dos. Posteriormente, encontró mal parado al cordobés que tambaleó contra el encordado.
El santafesino hizo retroceder a Giménez, mediante sus directos y con su trabajo en las zonas bajas.
Rocky intentó introducir sus combinaciones, pero fue neutralizado por el anticipo veloz del radicado en córdoba. Un derechazo de Castro pareció conmocionar al cordobés, aunque se recuperó rápidamente.
Los últimos minutos del pleito fueron vividos entusiasmadamente por los presentes. Celebraron los dos cross que impactaron en la quijada de Rocky. Fue un cierre apasionante, con el público ovacionando a los púgiles. El conformismo predominó en la FAB, hasta que los jurados Ernesto Misray (96-95), Juan José Pantaro (97,5-97) y Arturo Villegas (98-96,5) observaron una pelea totalmente diferente a la apreciada por los espectadores y fueron abucheados por el bochornoso fallo que favoreció a Giménez.
E-mail: morenolautaro@yahoo.com.ar

Por Lautaro Emmanuel Moreno.
“ES NEGOCIO QUE ROCKY GIMÉNEZ GANE”
Apenas Victor Hugo Castro descendió del cuadrilátero de Castro Barros 75, con semblante adusto, transpirando bronca y decepción, a causa de una derrota injusta, el santafesino disparó: Es negocio que (Diego Alejandro) Rocky Giménez gane, porque es un boxeador muy taquillero, que vende, con treinta peleas y necesitaba de esta pelea para salir afuera del país”.
Sin frenar el ritmo de su tonada, continuó descargando pólvora: “En el caso mío, apenas tengo trece combates y no es negocio para los promotores que yo pueda salir afuera. Entonces, es conveniente que salga Giménez que tiene mucha cantidad de peleas y buen récord; y es negocio para los promotores, para poder lucrar”.
Castro intuye que detrás del veredicto polémico de los jurados –Ernesto Misray, Juan José Pantaro y Arturo Villegas- existen intereses oscuros en juego y celos profesionales hacia su entrenador Carlos Tello, que influyeron en el resultado.
Si queremos sacar boxeadores buenos afuera y que den resultados, hay que cuidarlos desde abajo. Esto es alimentar boxeadores que no tienen futuro, pero la culpa no es del boxeador sino de los negocios de cada representante”, reflexionó el dirigido por Tello.
Sobre Giménez, opinó que “en la primera pelea que salga al exterior, lo “ponen de cabeza”. Así le pasó con el colombiano Jorge Noriega”.
Sin abandonar el tono reflexivo, afirmó que lo sorprendió el fallo unánime que proclamó ganador al cordobés. “Fue una pelea buena y pareja. El (Rocky) tiró más golpes, pero se las bloqueé y yo fui más certero con menor cantidad de manotazos”, analizó el santafesino.
El fin de semana previo al pleito con Rocky, no ajustaron bien el vendaje de sus manos y en un guanteo, se lesionó la mano derecha. “Estuve haciendo tratamiento con un kinesiólogo. Me había recuperado, hasta que en primer round, lancé un recto derecho y me resentí, expresó con mirada seria y concentrada.
Esa maldita tendinitis que Castro padece en sus manos explica la causa por la cual se movilizó de manera cautelosa, durante los primeros cuatro segmentos.
Igualmente, más allá del resultado negativo en las tarjetas, el pleito le demostró “que estoy para un nivel más alto”. Argumentó que lo nota en su técnica. Castro, sabe bien, afortunadamente, que tiene mucho camino por recorrer y que esta experiencia “me sirve para seguir luchando”.
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Por Lautaro Emmanuel Moreno.
Ojeda Aquino superó a Schiro
Sin inconvenientes, Carlos Javier Ojeda Aquino (92,250 Kg) superó fácilmente a Claudio Fabián Schiro (95,500 Kg), un oponente limitado técnicamente y que sólo se aprestó a resistir las embestidas del entrerriano. Luego de ocho extensos y unilaterales rounds, los jueces Héctor Siuta (80-72), Juan José Pantaro (80-72) y Arturo Villegas (80-71) declararon ganador a Ojeda.
Ojeda trabajó de manera serena, desde la media distancia, a través del jab izquierdo. Su contrincante asumió el papel secundario.
Schiro sorprendió con un cross izquierdo a la cabeza de su rival. Sin embargo, de inmediato, el entrerriano utilizó el mismo golpe para derribarlo. Tras el conteo de ocho segundos, Ojeda intensificó su labor en las zonas bajas del entrenado por Gareca.
Promediando el segundo lapso, el miembro de la policía, Schiro, acusó un cross zurdo rematado con un recto derecho al plexo solar.
Puerilmente, Schiro se quejó, sin razón, ante el árbitro Raúl Ilvento y Ojeda aprovech´ ése momento para acometer, contra el rincón, a su rival, causándole una pequiena herida en el párpado inferior derecho.
El pleito se tornó tedioso a causa de que Schiro estaba muy contenido y por la falta de definición del entrerriano, que ahora registra 7 triunfos, 3 de ellos por nocaut, 1 derrota y otra sin decisión.
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Entrevista a Carlos Javier Ojeda Aquino.
Por Lautaro Emmanuel Moreno.
”SIEMPRE BOXEO ASí”
remarcó el boxeador entrerriano, luego de dejar atrá a Claudio Schiro. Ademá, afirmó que desafiará al titular argentino, Miguel Aguirre.
Su espigada y fornida figura, de unos 92,250 Kg, y sus cabellos coloreados de un llamativo azul marino, son rasgos que resaltan a Carlos Javier Ojeda Aquino por sobre la gente que lo rodea. El hombre nacido hace 21 almanaques en Nogoyá, aceptó amablemente recorrer unos 20 metros, hasta el camarín de la Federación Argentina de Box para analizar su triunfo ante Claudio Schiro y hablar sobre su presente y futuro.
La afición presagiaba una victoria del entrerriano por nocaut ante Schiro, sin embargo, Ojeda no coincidía con el pensamiento del público. “La gente esperaba el nocaut. Algunos técnicos conocidos también, pero no laburé pensando en el nocaut. Quería aguantar los 8 rounds para adquirir experiencia y saber que se siente”, declaró el boxeador supercrucero.
El entrerriano le restó importancia a las provocaciones verbales y las escupidas de Schiro durante el pleito. “Nos hablamos en los cruces, pero abajo del ring est? todo bien. Son las artima?as del boxeo, determinó Ojeda, con una escueta carcajada.
Muchas personas se sorprendieron por el estilo sereno y prudente que exhibió Ojeda, en el semifondo de la FAB. Pero el joven aseveró que “siempre boxeo as?”.
“Tengo que reunirme con (el representante) Mario Margossian, porque queremos el cinturón argentino para dentro de uno o dos meses. Luego, vamos a tratar de hacer dos o tres peleas y a empezar a buscar el título Fedelatin e ir escalando hasta llegar al cinturón del mundo, manifestó el joven que registra 6 triunfos, 3 de ellas por la v?a rápida, una caída y 1 sin decisión.
Ojeda ya se prepara con su mente concentrada en dos posibles rivales: “Miguel Angel Aguirre, que es el campeón argentino, o puede ser Héctor Alfredo Avila, titular supercrucero Mundo Hispano”. Sonriente y agradeciendo, Ojeda se marchó, disfrutando de su presente.
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Por Lautaro Emmanuel Moreno.
CRISTIAN LEDESMA ACAB&OACUTE CON EL INVICTO DE ROLANDO GIMÉNEZ
En su bautismo como profesional, Cristian Osvaldo Ledesma (57,900 Kg) protagonizó una pelea electrizante, exhibiendo su prolija técnica y acabando con el invicto del chaque?o Rolando David Giménez (58,500 Kg), en la preliminar llevada a cabo en la Federación Argentina de Box.
Giménez asumió el rol ofensivo. Acertó dos derechazos que hicieron andar vacilante al debutante.
Al igual que su enfrentamiento anterior, ante Víctor Toledo, la fuerza de pu?os del chaque?o fue contrarrestada por su misma endeble defensa.
Después del segundo campanazo, Ledesma pudo gobernar su nerviosismo y explotar su variedad de golpes. A través del quiebre de cintura, seguido con el cross derecho, abrió la guardia el chaque?o, en reiteradas oportunidades. Un derechazo en réplica desmoronó a Giménez, que a pesar de estar sentido, se mostraba peligroso con sus contraataques. A poco para el cierre, Ledesma caminó por el filo del nocaut.
Sin embargo, el dirigido por Daniel Saucedo hizo retroceder a Giménez con un cruzado diestro. El chaque?o careció de aire y sus piernas respondían con mayor lentitud. Por sus dudas, recibió dos cross.
Ledesma lució su boxeo. Por instantes realizaba maniobras ostentosas para persuadir a los jurados y a la gente. Su táctica fue combinar golpes breves y escapar con derecha cruzada. Un esquema que no pudo descifrar Giménez y por primera vez, conoció la derrota.
Los jueces Héctor Siuta (39-37), Enrique Mataza (39-37) y Juan José Pantaro (39-37) expresaron sus tarjetas ampliamente a favor del novato Ledesma.
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Por Lautaro Emmanuel Moreno.
JUAN GARAY CONTIN&UACUTE IMBATIBLE
Juan Manuel Cumbia Garay (81,700 Kg) tuvo la oportunidad de presentarse en Castro Barros 75 y no la desaprovechó. En cuatro vueltas, venci´ ampliamente Jorge Daniel Guerrero (80,750 Kg) y permanece imbatible en cuatro combates (3-0-0, 1SD y 1KO).
Desde el principio, Garay impuso su agresividad y el pupilo de Alberto Zacar?as visitó la lona.
El invicto, proveniente de la localidad de 25 de mayo, planteó la pelea en la lucha cuerpo a cuerpo. Sabía bien que allí prevalecía su fuerza y trató de evitar el choque desde la distancia.
Guerrero no halló la forma para quitarse de encima a Garay. Durante el tercer round, el porteno mejoró trabajando desde afuera y acertó dos derechazos firmes.
Ambos finalizaron agotados y trabados. Garay fue más certero y convenció al público y a los jueces Héctor Siuta (39,5-37), Enrique Mataza (40-37) y Enrique Misray (40-35).
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Entrevista a Cristian Osvaldo Ledesma.
Por Lautaro Emmanuel Moreno.
OTRA PROMESA SURGIDA DE FLORENCIO VARELA
Cristian Osvaldo Ledesma (57,900 Kg) no borrará jamás entre sus recuerdos, el 26 de julio de 2003, en cuya noche marcó su bautismo como profesional, triunfando, por puntos, en fallo unánime, ante Rolando Giménez, en la pelea preliminar desarrollada en la Federación Argentina de Box (FAB).
El novato afirmó que se sintió tranquilo durante su debut. Los cambios que destacó del amateurismo y el campo rentado, son que en el profesionalismo “se usan guantes más chicos, sin cabezal y tenés que pelear más cerrado”.
Definió a Giménez como “un rival duro, al cual superé técnicamente”. Además, dijo que la estrategia que utilizó para desbordar al chaque?o fue “pasito atrás y volver. Él tiraba y yo contragolpeaba”.
“Sentí las manos de Giménez –reconoció Ledesma- pero a medida que fueron transcurriendo los rounds me serené y no me dolían más sus ataques”.
Su victoria y la ovación que recibió del público, no enceguecieron al ojo crítico de Cristian. “Me falta combinar un poco más la derecha recta, con el cross y gancho. Además, estar más confiado de lo que estuve hoy”, se autoanalizó. Enseguida, agregó: “Técnicamente estoy bien”.
El estilo pugilístico de Ledesma es muy similar al del pluma Fernando Saucedo, a causa de que “somos de la misma escuela de Florencio Varela, entrenados por Daniel Saucedo”.
Tuvo palabras de agradecimiento para su entrenador. “Fui al gimnasio sin saber nada y Saucedo me ensenó a caminar y hoy, lo que soy es gracias a él”.
Mientras escribió -“Gracias por venir a mi debut”- y firmó las vendas que utilizó en sus manos, manifestó que se preparará para enfrentar el miércoles 20 de agosto, en Castro Barros 75, a Portillo. Pero, mientras tanto, camina con una amplia sonrisa, disfrutando de su airoso debut.
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Por Lautaro Emmanuel Moreno.
Entrevista a Juan Manuel Garay.
LUCHANDO POR LA GLORIA
A unos siete metros de una extensa espalda, se divisa claramente unas letras tatuadas, en líneas rectas, que forman “Cumbia”, el apodo de Juan Manuel Garay (81,700 Kg). Debajo, también con tinta china, se lee “25 de mayo”, la ciudad de donde proviene el boxeador que en la preliminar de la FAB, a la distancia de cuatro vueltas, superó a un obstáculo complicado como Jorge Daniel Guerrero. “Me voy contento, ya que Guerrero venía bien, está cuarto en el ránking argentino y yo todavía ni figuraba. Así que este triunfo me abre las puertas para volver a la FAB”, manifestó el invicto en cuatro presentaciones profesionales (3 ganadas, 1 por KO y 1 sin decisión).
“Me traicionó un poco la ansiedad para ganar por la vía rápida. Me faltó tranquilizarme un poco más, como me decía mi rincón, para conectarle (a Guerrero) la última mano. No se dio el nocaut, pero sigo invicto después de una pelea dura, pareja y linda”, declaró el bonaerense.
A pesar, de la adrenalina y alegría que genera un triunfo, Garay no se olvida sus orígenes. “Soy de 25 de mayo, un pueblo que está a 300 Km. de capital federal y tengo solo una bolsa, no tengo guantes para trabajar, no tengo personas de mi peso para hacer guantes. Es por eso que es importante para mi mostrarme en la FAB”, aseveró el hombre que nació el 24 de mayo de 1972.
Continuando con su preparación boxística, acotó: “Me ayuda a guantear Lettieri, que pesa 75 kilos, pero después son todos chicos de 60 kilos. No es lo mismo hacer guantes con un boxeador de 60 Kg que con uno de 80, que es mi categoría”.
Sin realizar una pausa, argumentó que no es positivo entrenar con púgiles de tallas menores, debido a que “en el gimnasio te animás más, porque no sentís los golpes. Sin embargo, en una pelea te puede pasar lo mismo: te confiás y los golpes son más fuertes”.
Su mujer y su hijo de seis calendarios son la razón que hace imposible que Garay se radique en Capital Federal. “Yo no vivo del boxeo. Trabajo (alba?il y pintor) y entreno dos horas todos los días”, relató el bonaerense.
“Cuando venís del interior del país, todo se hace a fuerza de pulmón y garra. Mientras tenga estas ganas, seguiré luchando y tratando de triunfar”, exclamó este boxeador que intimida con su gigante cuerpo y sus brazos tatuados. Una imagen que contrasta con su humilde y sencilla personalidad.
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