VOLVIÓ ARIEL OLVEIRA
Una derecha en punta ubicó en su lugar a los presagios pesimistas que fueron rematados por un fulminante cross izquierdo. De esta manera, Ariel Mariano Olveira (60,750 Kg) acabó, en tres lapsos, con el santafesino Diego Martín Alzugaray (61,050 Kg). Luego de siete extensos meses de ausencia en los cuadriláteros, “La Pantera” reivindicó su figura, dejando una buena impresión en los dirigentes de la FAB que lo estarían programando para que vuelva a combatir a principios de agosto, con un rival a designar.
El rostro del bonaerense emanaba certidumbre. Desde el momento que ascendió al ring, y su mirada desafiante estaba concentrada en Alzugaray.
Los movimientos del santafesino y la insistencia con el boleado izquierdo a la cabeza, fueron señales claras que indicaron que había estudiado la caída de Olveira ante Sergio González.
El dirigido por Atilio Rondolini asumió el impulso de la pelea. Sin embargo, la defensa de Alzugaray cerró las puertas a los intentos del hombre de General Pacheco.
Un ascendente izquierdo de Olveira levantó a la popular. El ritmo de la batalla era pausada y analizada por los púgiles. Ambos punteaban y salían.
En el descanso previo al inicio del tercer segmento, Rondolini indicó: “Despacio y tranquilo, atacá con la izquierda abajo y con la misma mano, definí a la cabeza”.
Las líneas de orientación del entrenador fueron ejecutadas al pie de la letra por Olveira y desmoronó la defensa del santafesino, que visitó la lona.
La mente de Alzugaray flotaba en el aire. Con guapeza, se puso de pié y tambaleándose escuchó al árbitro Luis Guzmán realizar la cuenta de protección. Recibió el pase y un zurdazo a la cabeza liquidó al santafesino y a aquellas personas agoreras que sostenían que Olveira estaba acabado.
Exultante, Ariel corrió hasta el rincón, elevó sus puños en alto, recibiendo la calurosa adulación de su gente. Enseguida, fue hasta su esquina. Allí se fundió en un abrazo con un emocionado Atilio Rondolini. Se sumaron los eufóricos Alejandro y su masajista, Angelillo. “Voy a recuperar el título”, gritó el bonaerense. ¡Señores, de pié, volvió Ariel Mariano Olveira!...
E-mail: morenolautaro@yahoo.com.ar
Una derecha en punta ubicó en su lugar a los presagios pesimistas que fueron rematados por un fulminante cross izquierdo. De esta manera, Ariel Mariano Olveira (60,750 Kg) acabó, en tres lapsos, con el santafesino Diego Martín Alzugaray (61,050 Kg). Luego de siete extensos meses de ausencia en los cuadriláteros, “La Pantera” reivindicó su figura, dejando una buena impresión en los dirigentes de la FAB que lo estarían programando para que vuelva a combatir a principios de agosto, con un rival a designar.
El rostro del bonaerense emanaba certidumbre. Desde el momento que ascendió al ring, y su mirada desafiante estaba concentrada en Alzugaray.
Los movimientos del santafesino y la insistencia con el boleado izquierdo a la cabeza, fueron señales claras que indicaron que había estudiado la caída de Olveira ante Sergio González.
El dirigido por Atilio Rondolini asumió el impulso de la pelea. Sin embargo, la defensa de Alzugaray cerró las puertas a los intentos del hombre de General Pacheco.
Un ascendente izquierdo de Olveira levantó a la popular. El ritmo de la batalla era pausada y analizada por los púgiles. Ambos punteaban y salían.
En el descanso previo al inicio del tercer segmento, Rondolini indicó: “Despacio y tranquilo, atacá con la izquierda abajo y con la misma mano, definí a la cabeza”.
Las líneas de orientación del entrenador fueron ejecutadas al pie de la letra por Olveira y desmoronó la defensa del santafesino, que visitó la lona.
La mente de Alzugaray flotaba en el aire. Con guapeza, se puso de pié y tambaleándose escuchó al árbitro Luis Guzmán realizar la cuenta de protección. Recibió el pase y un zurdazo a la cabeza liquidó al santafesino y a aquellas personas agoreras que sostenían que Olveira estaba acabado.
Exultante, Ariel corrió hasta el rincón, elevó sus puños en alto, recibiendo la calurosa adulación de su gente. Enseguida, fue hasta su esquina. Allí se fundió en un abrazo con un emocionado Atilio Rondolini. Se sumaron los eufóricos Alejandro y su masajista, Angelillo. “Voy a recuperar el título”, gritó el bonaerense. ¡Señores, de pié, volvió Ariel Mariano Olveira!...
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